Conociendo referencias de una comunidad religiosa, establecida desde algunos años en Colombia (1890), la cual era experta en escuelas para el aprendizaje de diferentes artes, Monseñor Luis Adriano Díaz se pone en contacto con la Pía Sociedad Salesiana de Colombia, que estaba bajo la orientación, en ese entonces, del sacerdote italiano José María Bertola, al cual le manifiesta el interés de la ciudadanía caleña de poder contar con una institución que formara para el trabajo, a la naciente mano de obra de la creciente urbe.

Los salesianos por orden de su superior arriban en tren a Cali, el día 4 de febrero de 1934. El padre Luis María Bonilla, quien fuese el fundador y primer director de la casa salesiana de la capital del Valle, no se imaginaría, que el sueño de un pequeño niño del Piamonte italiano y luego gran sacerdote, que dedicaría su vida al servicio de los jóvenes más necesitados, se consolidaría como una de las instituciones educativas más importantes de la región.